viernes, 28 de abril de 2017

Reflexión sobre el aprendizaje (vídeo)

Ver el vídeo sobre la neuroeducación, me ha echo pensar y plantearme muchas cosas. Durante todos estos años que llevo en escuelas educativas, me he dado cuenta de que tenemos un sistema de educación nefasto. Nos pasamos días y días haciendo la misma rutina en el instituto: nos sentamos cada uno en nuestro sitio, miramos al frente y "escuchamos las explicaciones del profesor" y, al salir de clase piensas, ¿qué hemos dado hoy en clase? Esta forma de educación no me parece la más correcta porque puede parecer que estamos atendiendo a las explicaciones pero en realidad tenemos la cabeza en otra parte. Está bien que los profesores expliquen su temario, pero opino que se debería hacer de una forma menos monótona, como por ejemplo, haciendo trabajos en grupo, viendo vídeos sobre un tema en concreto, explicando en una pizarra haciendo esquemas o dibujos... hay mil formas de explicar. 
Yo, en mi época de primaria, recuerdo que me encantaba ir al colegio, apenas me costaba madrugar y siempre iba contenta. La forma de aprendizaje de los colegios no es la misma que la de los institutos. En los colegios aprendes jugando, haciendo actividades divertidas, compartiendo ejercicios con tus compañeros... sin duda, es la mejor manera de aprender. Y, ¿por qué no hacerlo también en el instituto?
Al entrar en el instituto, desde el primer día, te sientas en una mesa, abres el libro, y ves como el profesor habla y habla y habla sin parar, mientras tú mirando cada diez segundos el reloj deseando que llegue el final de la clase y escuchar el sonido que tanto nos gusta: el timbre de salida. Después, llegas a casa, comes, y nada más terminar de comer (en el caso de que no te eches la siesta) te pones a estudiar, ¿y como estudias? de la manera más aburrida que hay. Te sientas en tu escritorio, abres el libro, lees, y empiezas a memorizar palabra por palabra como si fueras un papagayo, ¿y para qué? para que el día del examen escupas todo lo que has aprendido y al día siguiente se te olvide todo lo que has estudiado, lo que quiere decir, que no has aprendido nada. Consigues aprobar si, y eso ya es un gran logro, pero si no aprendes... ¿qué fin tiene?
Esto nos hace ir sin ganas al instituto, que nos horrorice que llegue la hora de que suene el despertador y tengamos que levantarnos para empezar otro día de tantos. Sobre todo si tienes una asignatura que te cuesta más. El estudiar esa asignatura te hace aburrirte, y el aburrimiento no te permite concentrarte, por lo que estás perdiendo el tiempo, no tienes motivación y al final, te acabas yendo a ver la televisión, y cuando llega el día del examen, suspendes. Esto nos crea frustración, malestar... tenemos que encontrar una solución para esto.